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- Señorita, haga el favor de no ser tan impertinente.

Al instante, bajé la cabeza en un gesto de vergüenza y quise materializar literalmente el "tierra trágame" pero estos labios no fueron capaces de articular palabra, ni siquiera los engranajes de la imaginación se activaron para desencadenar una ilusión en la que poder refugiarme. Noté el calor de mis mejillas y el martilleo de mi corazón, deseé poder descansar mi mirada en algún azul lejano pero estaba inmersa en una espiral de realidad. Mierda, hemos perdido a Houston.

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