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Afuera el sol baña de oro todo cuanto roza y con sus bostezos despiertan las flores.
Dentro, muy dentro, llueve, pero la lluvia no consigue inquietarlos.
Miran por la ventana, distraídos, buscando con sus pupilas un rayo de sol.
Uno de ellos suspira.
Otro piensa.
Aquel vuela.

Todos callan.

Pero la lluvia que resuena en su interior les hace vibrar.
¿Paraguas? pregunta uno de ellos.
Nube, responde otro.
Sueños, murmura aquel.
Entonces, pudieron conciliar el sueño,con un corazón náufrago.

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