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el gato parecía tan cansado como yo.
pero no de la monotonía, me decía, sino de la abstinencia.creía que la gente carecía de pasión y no se volcaba en las cosas que forman su vida como debería. Desde luego, le respondí yo, pienso lo mismo.
Sí- coincidimos, casi todo se convierte en lo que tú crees que se convierte, a no ser que vayas más allá.
El gato me miró sorprendido con sus ojos vacíos.Somos círculos, maulló.Somos ceros, repuse yo.
Ladeó la cabeza, sin querer.
Sí- expliqué, encerramos la nada dentro de nosotros, y fuera, nos rodea más nada.
Se sentó, curioso y me miró perplejo.
Somos la línea circular que forma el cero, unos más ancha y otros más delgada.
¿Como un todo rodeado de nada?-preguntó.
Exacto.
¿Y hasta qué punto somos más nada que todo, o viceversa?
Eso depende de ti, de cada uno de nosotros- puntualicé.
Yo quiero ser un cero muy ancho- sonrió.
"casi todo se convierte en lo que tú quieres que se convierta para ti", le susurré.
A no ser que vayas más allá- rió.

1 comentario:

unre dijo...

lástima que seas alérgica a mí.